Antes de nada, recordemos que la constitución de cada persona siempre contiene los tres Doshas, aunque en proporciones muy distintas. Así que, aunque nos identifiquemos con un Dosha específico, eso no significa que sepamos todo sobre nuestra constitución. Antes de comenzar una dieta o tratamiento, es fundamental que un experto analice nuestra constitución y evalúe si hay algún desequilibrio y dónde se encuentra.
Vata Dosha, que se compone de aire y éter, tiene atributos esenciales como la sequedad, la ligereza y la sutileza. Conocer estos rasgos es vital, ya que nos indicarán qué alimentos pueden ayudar a equilibrar Vata y cuáles no.
La energía de Vata se refleja en todas las acciones que requieren movimiento: tragar, hablar, ir al baño, mover articulaciones… y también se manifiesta en nuestra mente, que siempre está en constante movimiento. Además de los problemas que pueden surgir en actividades relacionadas con el movimiento, es importante considerar que, gracias a su naturaleza móvil, Vata tiene el poder de desplazar a los otros Doshas, creando desequilibrios en ellos. Esto resalta la importancia de mantener el Dosha Vata en equilibrio.
Las personas con predominancia Vata suelen ser espontáneas y cambiantes, presentan intereses diversos y, aunque pueden enfocarse intensamente en ellos, es común que abandonen proyectos antes de concluirlos. Además, tienden a tener horarios irregulares, lo que conlleva rutinas de sueño y alimentación cambiantes. Suelen ser de aspecto delgado, con piel fácilmente bronceada, y sus uñas y cabello tienden a ser delicados.
Estas características pueden ser indicativas de que Vata es nuestro Dosha principal, pero siempre debemos recordar la importancia de consultar a un especialista antes de iniciar una dieta o rutina específica.


Deja una respuesta